También llamadas máquinas de Rube Goldberg, en inglés. Nosotros no es que tengamos una palabra específica para llamarlas, así que he optado por las de efectos encadenados. Me encantan ver los videos de estas máquinas, aún más que ver filas y filas de dominós cayéndose una tras otra. Me relajan completamente. En un mundo caótico, donde una determinada acción no tiene por qué conllevar una reacción concreta y las cosas no terminan saliendo como uno se espera, esta sencilla sucesión de causas y efectos me tranquiliza. Una acción, conlleva una reacción y siempre es la esperada. Los factores externos están ahí pero no alteran la secuencia y no es el destino el que gobierna el sistema sino un estudiado y planeado determinismo. Supongo que es esa falta total de incertidumbre lo que me relaja de esas máquinas. Causa, efecto, causa, efecto… es casi hipnótico.
Las máquinas de efectos encadenados son automáticas. Los efectos tienen lugar por sí solos. Cada uno hace que se desencadene el siguiente, de manera que, una vez que se produce el primero, los demás dispositivos funcionan por sí mismos, siguiendo una secuencia en orden determinado. Las máquinas de efectos encadenados son automáticas. Los efectos tienen lugar por sí solos. Cada uno hace que se desencadene el siguiente, de manera que, una vez que se produce el primero, los demás dispositivos funcionan por sí mismos, siguiendo una secuencia en orden determinado.
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